En Egipto, pasan cosas insospechadas...
Estás cenando tranquilamente en un tailandés, y tras un par de llamadas telefónicas apareces en una de las casas más elegantes de El Cairo, en una fiesta en la que ni se te ha invitado y ni siquiera conoces al dueño. Ni tú, ni nadie de los que van contigo, claro. Para mayor intriga, un hombre en la puerta apunta tu nombre y email para invitarte a otras celebraciones. Y el propietario de la casa viene, te da la bienvenida y se presenta.
Y en ese duplex gigante con vistas al Nilo y con una piscina en la terraza que parece flotar sobre el río, empiezan a aparecer personas. Tantas, que uno ya no puede casi moverse. Las 100 almas sobrepasadas con creces evolucionan entre las distintas terrazas. Y hay bebida para todos, se rompen cristales y se estropean cosas. Pero casi nadie conoce al dueño ni sabe quién es ni qué hace.
- ¿Sabes quién es el dueño de la casa? -me pregunta un chico.
- Sólo sé que es portugués. ¿Y tú cómo has llegado aquí? -respondo.
- Me han traído mis amigos, pero ellos tampoco saben quien es...
Vamos, la costumbre.
¡Ay, la vida nocturna de El Cairo!
Que envidia Miri...!!
ResponderEliminarMe hubiese gustado despedirme de ti antes de irte, pero bueno, sea cuando sea no te librarás de volver a vernos...
Un besito muy grande y que te vaya muy bien...!!
Hola guapa!! tu prima Conchi desde el pueblo cangrejil te sigue con envidia de la sana y con ganas de seguir sabiendo de tí. Un beso y que disfrutes mucho la experiencia, te visitaré a menudo si no te importa.BESOS
ResponderEliminarEso es vida...bebida y compañía...gratis, ja,ja,ja, la vida es para cuatro y una está en El Cairo.
ResponderEliminarSaludos.
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