domingo, 10 de mayo de 2009

Aventuras en los taxis de El Cairo

Coger un taxi en El Cairo es siempre una aventura, y más aún para una mujer extranjera. La mayoría de coches son tan viejos que el viajero teme que se quede parado o que se abra la puerta y salga despedído a cada instante. Los cinturones en la parte trasera son un invento que brilla por su ausencia y/o no se utilizan nunca.

La una de la mañana. Cojo un taxi desde el centro hasta el barrio donde vivo. El conductor me pregunta a dónde, le digo la calle y asiente, aunque tengo claro que no sabe dónde está y nos perderemos porque la orientación nunca ha sido virtud de esta reportera. Esta vez no temo por las puertas, ya que el coche está en relativo buen estado. Sin embargo, me llama la atención el taxímetro, que está encendído. Es la primera vez que veo uno funcionando en El Cairo. Va excesivamente lento, lo que me indica que no funciona bien. Pasa un buen rato y, después de dar unas vueltas, llegamos al sitio correcto, alhamdulillah. El aparato marca 2,8 libras egipcias al parar el coche, 30 céntimos o así. Se había quedado parado en esa cifra hacía más de cinco minutos. Me maravilla la voluntad del taxista de poner a cero con cada cliente un taxímetro que en primer lugar no funciona bien y en segundo lugar, nadie utiliza en Egipto, donde los pagos suelen realizarse, en general, dependiendo de la zona a donde vaya cada uno. A ojo. Los mismos egipcios bajan del taxi y con la despedída le dan al taxista lo que consideran justo.

Otras veces, el taxista no duda en pedir a la mujer extranjera relaciones. Pero esa ya es otra historia...

2 comentarios:

  1. Nosotros ajustábamos con los taxistas el precio antes de subir al vehículo, para que no hubiera malos entendidos. Montamos en algunos que debían ser de la Primera Dinastía, je, je.

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  2. Hola Tareixa,

    Yo cuando venía aquí de viaje también hacía eso, pero casi nunca evitaba la discusión posterior. Ahora me resulta mucho más fácil incluso yendo sola. Les hablo un poco en árabe -poco-, me subo, pago lo que me parece y así entienden que vivo allí y/o conozco un poco. Y pago menos de lo que pagaba pactando. Sí, los taxis arcáicos y del Reino Antiguo abundan por aquí...

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